jueves, 9 de septiembre de 2010

HISTORIA DEL HASTÍO


Algunas veces, la mundanidad que encierra al ser humano puede extralimitarse. Es decir, logra romper su priopio récord de hastío e insipidez hasta convertirse en una bazofia indigerible. La artificialidad atiborra al punto de eliminar la esencia de la naturaleza, del mundo mismo. Lo que queda es una pesada bruma. Ésta no es sino la masa fantasmal producto de la despersonalizada, ciega e insensible humanidad.

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